jueves, 13 de agosto de 2009

Pez Globo.



El Pez Globo nos saluda desde su atalaya,
mira de reojo nuestras armas, secándose al sol
y remoja sus espinas en las cálidas aguas.

No nos gusta verlo nadar, tan ajeno
a la belleza de las estaciones y los pinos.

Puede que tengamos que alargar el paso,
dejar atrás las abisales simas de los días impares
y recorrer ese sendero que orillando la playa
nos alcanza abrazados entre algas y mareas.

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