martes, 6 de marzo de 2012

Proyecto



Hay que mirar al mundo.
Convocar una distancia mínima.
Avivar los ojos ante el golpe.
Recortar la soga por sus branquias.
Abolir la entrega silenciosa.

Ahora que la bruma anega
con su trayecto sordo de reptiles.
Ahora que los profetas del miedo
ciegan las ventanas
e inoculan sus liturgias que niegan el cuerpo
y resbalan su cínica morfología de invierno.

Vástagos sin sustento. Seamos
un deshielo instantàneo
que corrompa el musgo milenario.
Detrás de las tapias
rasgando las zanjas que
propuso una muerte escalonada.

Ahora que tanto muerto extraña
su noticia hasta exiliarse
bajo la tierra que acaricia a los almendros.
Rescatar una mano impoluta.
Mirar al mundo con ojos de poeta.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá pudiéramos inoculár una pequeña dosis de razón poética a este despropósito. Me gusta cuando te comprometes. Versos con estatura en este poema, incluso algunos me parecen enormes. Un abrazo

David Mariné dijo...

Enorme poema.
Un abrazo.