martes, 19 de junio de 2012

Días apocados



Días apocados
blandiendo una ubre menguante.

Los surcos de un verano
que no sucederá
como ese tiempo antiguo
desgastado
que se va y no recuerda
al niño perdido en la arena
que regresa con la cara sin formas
al rabioso presente quemante

Una mujer ha preñado su huerto
de alhajas y ojalás.
La era esparce corazón
por las espigas del ocaso más amable.
Y hay nidos que apuestan por el sol
y cuelgan de vida las fachadas.
Los cuerpos siguen engendrando
el fértil simulacro del deseo
y hay desnudos que son como vuelos
tan altos como alegría.


Un estío en desconcierto
está tintando mis manos.
Yo miro desde la acera
al mundo que me tropieza.

2 comentarios:

Amando Carabias dijo...

A veces, sí, la vida se tropieza con uno, topa mientras decidimos si somos o no somos, si estamos o no estamos.
Sin embargo, en el fondo, nunca nada cambia.

Anónimo dijo...

tus últimos poemas rayan una gran altura

enhorabuena