jueves, 8 de enero de 2015

El elegido






Por tus rendijas amables y tu
amplia espalda de hombre enérgico
se desbrozan las trampas que amarillean
tu orgulloso otoño.
Ave de voraz envergadura.
Círculo de todo lo abarcable.
Quiero ser tu isla renaciendo
y abrazar todas las dudas en tu desconcierto.
Por tus mejillas encendidas circula
una calle mojada. El reto de un futuro
que clama por tu derroche
en papeles sin páginas
escritos con la destreza de un artesano
o un poeta. Madrugada de vida.
Poniente en tu frente clara
en tu mirada frontal, en el arrecife
con que te refugias del daño de vivir.

Tiembla la mañana de un lunes
como si no existieran domingos
pero no cesa de manar tu trazo de infinito
como herida hambrienta de amar.



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