sábado, 11 de abril de 2015

Quitamiedos para masas


En febreros de dolor se difumina la tinta
que espolea la máquina duplicadora de peones.
Ahora estará nevando en alguna estación limítrofe
donde se abaten las estrellas como si fueran
sueños o promesas.
Con paladas externas los caminos vuelven a su función extrema:
quitamiedos para masas.
Apenas un dibujo bicolor de pájaros alardea su fotografía
en cables eléctricos disparadores de luz
para las gentes que no hablan y miran
pantallas abarrotadas por toda la basura selectiva.
Lejos del temblor el verso crece y se disloca
atravesado por sierras transparentes y puñales de juguete.
La urbe respira y duerme. Se estira por nosotros
como una serpiente sin patas.

En otras tomas de tierra se fosilizan las neuronas
bajo líneas numeradas en estricto orden de posibilidad.



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