miércoles, 20 de mayo de 2015

Egomanías


La alteridad
es una ecuación de fondo
con una particular dificultad
en despejar la incógnita adecuada
cuando
mi ego eutrófico se entrega
atado a poemas y manos.

El fuelle no alenta la llama
en parajes descompuestos
de excesiva linealidad.

Hay síntomas con ausencia de causa
circundando mi autoimagen
expeditivas fronteras
en cuadros mal colgados
donde insectos ensayan
nuevas formas de mansedumbre.

Mientras espero la palabra que me lave la cara
demoro los detalles
rebano las flores fortuitas del paisaje
tapo los artificios que me declaran desierto
en el autodefinido
del periódico de ayer.

Estoy intentando enhebrar el sueño
preguntando a Gary Cooper por su nombre verdadero
o planteando absurdas noticias en lugares
abstractos de todo sueño. Escaleras imposibles
me llevan a detonar la sed
cuando abajo hay olas de calor humano
remontando ríos por los que desciendo
a velocidad de libélula o lagarto.

Flores blancas recién cortadas y satélites
infinitamente versados
me acompañan y liberan la oscuridad de la noche.

Nuestro silencio es un pacto:
el amor después del amor.



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