jueves, 9 de julio de 2015

[Yo era entonces un labio descosido]


Yo era entonces un labio descosido
de alguna puerta que entreabría sus alas
en trapecios a una altura fósil,
como de nacer hacia atrás a cada nueva rutina.
Y tenía una carreta de palabras
aguardando el desbroce,
no muchas, palabras, pero eran
grandes, palabras como puños,
con letras que mostraban su huida
a pasajeros de vuelos cancelados,
sus heridas pequeñas,
a las pocas personas que se acercaban a mirarlas.
Aquellos días, miércoles flojos y considerables,
ahondaban la fosa, quemaban más despacio.
Yo y mis padrastros, cogidos de la mano,
reptando hacia versiones oscuras de nosotros, 
caminando dedos con dedos, y erosión a los lados.

El pasado es una mancha reciente
que humea y deja su olor en la casa.
Son sardinas escuálidas en el ahora
las que vienen a perdurar en mochilas
archivadas con etiqueta pendiente,
en raíles raídos de intemperie
donde se reposan los restos
de lo que un día no fuimos.



1 comentario:

María Socorro Luis dijo...

Gran poeme Eloy. Feliz verano y enhorabuena por tus éxitos.

Conbesos