lunes, 22 de enero de 2018

En la notaría





Después de las firmas
en un agradable despacho
de una notaría del centro
y pedir después
los justificantes oportunos
que digan
a quien convenga
que estuvimos aquí
en aquel momento.

Tras obtener por fin
el certificado de posiciones
que hace constar en calidad
de apoderado el abajo firmante
y conocer de primera boca
que después queda
todavía por liquidar
la bendita plusvalía.

De saber que buenos hombres
velan por
el buen reparto
de bienes y acciones
y que quedan flecos
pequeñas piedras
frente a la rueda del carro
así en simple metáfora.

A dos días del final
del plazo establecido
seis meses ya del deceso
cautivos y desarmados
ya casi herederos
de una caja extra Premium
de recuerdos falsos tan gastados
como aquel sendero
que ya no lleva al lugar
en el que fuimos una vez.

Cómo saber si antes
los guisantes o la caída
la brecha en el mentón
si fue aguarrás o cualquier otro
líquido imbebible
si el colegio lejano
si la mano de la madre
en la frente
frente al vómito
si el balcón y los coches
que no eran aquel coche
si aquello que contamos tantas veces
y reímos
ajenos al contexto
pasó así realmente
o es tan sólo
una nube de recuerdo
veloz hacia su fin
la pluma de un recuerdo
del pájaro que en sueños
el envés del próximo recuerdo
todo
fugacidad.


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